Getxo Jazz 2017
Vale que su música pueda no ser fácil de digerir por todos, pero eso no es nada nuevo en el jazz, y mucho menos en el jazz contemporáneo, que presenta multitud de encuentros con las músicas con las que convive. Ecos de todo ello son fáciles de rastrear en Malstrom: esa guitarra afilada y noisy que llama a la puerta del rock duro y la improvisación más libre, ese saxofón paseando por sus límites a la manera de un John Zorn... Hay momentos en los que a uno le viene a la mente la estética inclasificable de gente como Peter Brötzman y su Machine Gun, Marc Ribot o los increíbles Last Exit... No, a Malstrom no le faltan referentes, pero no te confundas: ellos han sabido crear un espacio propio, capaz de enganchar tanto en los pasajes más furiosos como en atmósferas más sutiles y calladas. Y lo mejor de todo es que, como suele ser propio de bandas que trabajan en el filo, cuando les escuchas es difícil prever por dónde van a salirte. Por algo al jazz le llamaron en su día “el sonido de la sorpresa”.