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Iker Piris: El bluesman de Tolosa

Si al cantautor euskaldun Benito Lertxundi le llaman ‘El bardo de Orio’, al también guipuzcoano Iker Piris le podríamos llamar ‘El bluesman de Tolosa’ porque en el pub irlandés getxotarra cantó igual que un negro y tocó la electroacústica Hoffman de 1953 con la versatilidad del profesor de guitarra que es.


Iturria: Bilbao En Vivo
Eguna: 2021/12/09

Piris en el Piper’s, en paralelo su mástil con los drones de la gaita del mural (foto: Carlos García Azpiazu).

 

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Decíamos en el post previo que este último resultó un jueves pluvioso pero bien aprovechado por nosotros con dos conciertos en Getxo compatibles de horario y con el metro en funcionamiento. Dos bolos de música negra bien asimilada que conectaron con el público, escaso y atento en el auditorio de Romo ante la bailonga Afrika Bibang (lo narrado en el post previo), y nutrido y dividido entre los bebedores y los espectadores ante el experto Iker Piris en solitario en el pub irlandés Piper’s de Algorta.

 Contentos y más que satisfechos tras la sesión de Afrika llegamos a la estación de metro de Las Arenas cuando justo entraba por el túnel el convoy, y con margen de sobra llegamos al pub Piper’s de Algorta, donde a las 8.39 arrancó su recital en todos los sentidos (además de ser un bolo en solitario lo del recital lo escribo por su voz fornida similar a la de los negros estadounidenses urbanos de los 40-50, su guitarra electroacústica Hoffmann de 1953, y su dominio del público: de quienes le hacían caso y de los que no, en total entre 70 y 100 almas), su concierto en solitario de 20 piezas en 95 minutos. Casi todo el repertorio discurrió en inglés (‘Guantanamera’, en el bis, fue el único tema en castellano, y cayeron algunos instrumentales), y la mayoría de títulos originales, aunque hubo versiones de Muddy Waters y dos de Elmore James (estas tres consecutivas y con Iker frotando la slide), el ‘Give me back my wig’ de Hound Dog Taylor, ‘Roll, roll, roll’ de Guitar Junior, un par de instrumentales seguidos de onda ragtime, o una de Blind Lemon Jefferson, de quien informó el actuante: «voy a contextualizar, años 20 (del pasado siglo, sí), negro, ciego, esclavo, veinte centímetros…».

Azpiazu atento al bluesman de Tolosa (imagen de móvil: O.C.E.).

Profesor de guitarra que domina las seis cuerdas y es capaz de bajar en un instante la intensidad para implicar al público y de pasar en un chas del ritmo al punteo, y vocalista tolosarra dotado de una profundidad vinculada a los recolectores de algodón de Alabama (por ejemplo), Iker Piris, que no para de dar conciertos con distintas bandas, elaboró el blues como el Jimmy Reed saltarín, dibujó el boogie (quizá fue un instrumental el ‘Ike’s boogie’ de Ike Turner, el marido cabronazo de Tina Turner), cantó el rock and roll en plan Los Fabulosos Thunderbirds, sublimó el blues campero, estrenó una canción que grabará en el segundo disco de su grupo Iker Piris & His Dual Electras (un soul titulado ‘Looking out my phone’ e igualito a Eli Paper Boy, o sea calculen el vozarrón y la verosimilitud o autenticidad), y eso, el bis fue el guajiro ‘Guantanamera’ al que colocó codas de guitarra jazz, pues Iker Piris es licenciado por el Musikene donostiarra, el Conservatorio Superior de Música del País Vasco. 

Ah, al acabar el concierto vendió varios de sus CDs, señal de que fue un recital que trascendió lo hostelero.

ÓSCAR CUBILLO