Hemen zaude: Hasiera Artistak JJBand Hemeroteka Música híbrida entre el rock progresivo, el jazz y el flamenco

Música híbrida entre el rock progresivo, el jazz y el flamenco


Obreros del arte

El flamenco posee cantautores. Gente que, partiendo del arte jondo, crea letras y las publica sobre el escenario salpimentándolas de ritmos y armonías de otras músicas. Pero muy “a su rollo”, en la soledad.

No hay muchos pero los hay. Artistas que salen a la luz con el único soporte de su nombre y sin una banda de músicos detrás. En el caso que nos ocupa, por elección propia. José Soto Sorderita. Músico venido de uno de los “linajes” flamencos más rancios del barrio de Santiago y que, hace veinte años, fundó junto a Ray Heredia y Juan Carmona la mítica banda “Ketama”.

Circunstancias posteriores disolvieron al trío inicial y José tomó una senda que le ha puesto de un tiempo acá como llanero solitario. Alguien que, como él mismo dice, se dedica a ser obrero del arte.

El pasado cinco de diciembre se dieron cita un puñado de incondicionales para seguirle sobre las tablas de la céntrica sala “Costelo”, al abrigo de la campaña madrileña de apoyo a las músicas alternativas.

Junto a José Soto llegó la banda de José Juan Martínez Ferrer, la JJBand, conjunto que abrió el concierto y que ocupó la primera hora de espectáculo.

Grupo que practica una música híbrida entre el rock progresivo, el jazz y el flamenco. Su líder, José Juan, tiene un amplio bagaje en el mundo flamenco y en todas sus composiciones añade grandes dosis de elementos propios de esta música.

Fueron siete temas los que dejó la “JJBand” en “Costelo”. Todos sacados de su último álbum, **Tangos de Lavapiés**. Buen feeling entre un grupo de timbres variados: laúd, saxo alto y soprano, batería, guitarra española, la voz flamenca de “La Tremen” y el ya señalado bajo de José Juan.

A este grupo se añadió al final “Sorderita junior”, el hijo de José Soto, quien, con su cajón, llenó el hueco que faltaba al escueto pero muy abigarrado escenario.

Nos quedamos con “Cuentos flamencos” y “Funky minoría”, dos secuencias rítmicas de gran acople y mucha flamencura. Grupo acorde con el nuevo ambiente musical madrileño, de continuo intercambio de pareceres y estéticas multiculturales.

Con “Sorderita” llegó el flamenco más “de autor” del momento. Y eso que entraba dentro de lo posible que nos encontrásemos un panorama de fusión neblinosa, esa que no sabe uno muy bien dónde meter. Pero la verdad es que empezando por martinete, toná y debla (nada menos) aquello arrancó dando hueco a lo más rancio. Además, José explicó con nitidez que quería ser flamenco actual pero a la vez “respetando la raíz”. Y sin ser pesado, porque, según él “no estaba bien ser un coñazo metiendo falsetas, letras y variaciones sin sentido mucho rato”.

Los diez temas que interpretó con su guitarra acústica de caja hueca se movieron sobre todo por los derroteros del compás. A excepción de la soleá del segundo momento, lo que más sonó fue la rumba y la bulería.

Letras y temas con don de gentes. Algún temazo incluso, avanzando su próximo álbum. Siempre con el cajón de su hijo a la vera y al final con la colaboración del bajo de José Juan. Apoteosis en los últimos cuatro temas.

Olores a “Ketama” y mucho de intimismo. Los conciertos de “Sorderita” se van pareciendo a las veladas de Antonio Vega en “Clamores”. En todo.

Concierto de José Soto “Sorderita” en la sala “Costello”. Madrid 5-12-07
Pablo San Nicasio