Vitalidad, alegría, diversión
Iturria: | Distrito Jazz |
Eguna: | 2016/05/06 |
Los Broken Brothers Brass Band no dejan pasar mucho tiempo entre proyectos y aprovechan el tirón para editar un nuevo disco ‘Ildoa Landuz’ que continua con la línea del anterior ‘In The Mud’ del 2015.
Poco podemos añadir a lo ya comentado en las anteriores entregas del grupo navarro.
Vitalidad, alegría, diversión acompañan esta nueva entrega ‘Ildoa Landuz’.
Las bases bien definidas siguen siendo las mismas. Dirty Dozen, Rebirth mas algunos toques cercanos, uso del euskera, completan esta grabación que volverá a alegrarnos muchos ratos de este ‘tristillo’ 2016.
Desde 2006, con miembros de la pionera Amama Luisa Brass Band en sus filas, la música de la Broken Brothers se basa en el sonido callejero de las brass bands contemporáneas de New Orleans. Funk, gospel, algo de ska, rap y el jazz mas actual inundan sus energéticas interpretaciones, con la improvisación colectiva como principal característica.
Esta vez presentan ocho temas, la mayoría propios con Ion Celestino como cabeza mas visible de este colectivo de formación cambiante aunque con una potente base inamovible.
Como siempre hay espacio para alguna versión, en esta ocasión son la ‘Freedom Jazz Dance’ de Eddie Harris y la transformación de un tema del guitarrista de Nueva Orleáns John Money llamado ‘Drinka Little Poison’ que grabo con la Soul Rebels Brass Band para la serie Treme. Aquí queda titulado como ‘(Joan Aurretik) Edan Pozoi Hau’ y cierra espléndidamente este ‘Ildoa Landuz’.
Vuelven a tener mucha importancia las voces en este disco con la presencia de invitados como Nerea Erbiti, los MCs de Beat Salad Records, desde Senegal Omzo MF y desde Durango Nko Eko, y la repetición de gente como MoisésNo Duerme o Iñigo Cabezafuego.
Mucha cocina de Nueva Orleáns, aderezada con una fuerte mezcla de ‘hurricanes’ y patxarán es lo que se deja oír en este ‘Ildoa Landuz’.
Esta gente vuelven a demostrar que son muy necesarios y que destilan la fuerza y calidad necesaria para hacernos vibrar y bailar como si viviéramos en la alegre Luisiana y no en esta triste Europa del 2016.
I. Ortega