Le gustaría poder ver jugar al Obradoiro mañana, «y que la banda
flipase con el Miudiño», pero no hay tu tía. El sábado es para el Jofre,
en Ferrol. Uno de los mejores armonicistas del mundo regresa acompañado
de una enorme banda y de la gran Nina Hill.
-¿Cómo y con quién vuelve Marcos Coll a Galicia?
-Es la banda con la que organizo mi jam todos los lunes en una sala
muy conocida de Berlín, White Trash. Somos la banda de base y tenemos
muchos invitados. Entre ellos, Nina Hill, que es una currante de la
escena soul y Rhythm & Blues. De hecho se pasó siete años en la
banda de Ike Turner. Cada uno de los músicos tiene sus propios proyectos
o toca con grandes artistas. Daryl Taylor, de Houston, ha tocado con
grandes leyendas; Stefano Ronchi es un gran guitarrista italiano, Chris
Rannenberg y Carlos Dalelane también formaban parte de los Reyes del
KO... Los astros se han alineado para poder traerlos a mi tierra.
-Con Stefano acaba de lanzar, además, «Street Preachin».
-Así es. Un proyecto a dúo, en plan blues rural, pero combinando
instrumentos tradicionales con efectos raros o toques de hip hop, por
ejemplo.. Con Stefano fue todo muy natural, lo conocí porque
precisamente apareció en mi jam y solo vi su faceta de blues eléctrico.
Luego me dijo que tocaba muchos otros tipos de música y empezamos a
congeniar. Es un disco muy personal, que hemos grabado en nuestras
casas, donde haces las cosas con tranquilidad, sin prisas, y eso se
nota. Blues, algo de góspel, delta, un poco de rumba blues a la italiana
y alguna base electrónica. Vamos, que al calor del hogar, lo que nos ha
dado la real gana.
-Después de todo, ¿podemos hablar de un sonido blues europeo?
-Por supuesto. Antes de todo esto ya funcionó el blues inglés. Creo
que es la música de raíz más universal, quizás porque, a pesar de estar
basado en su gran mayoría en elementos africanos, también tiene
influencias irlandesas e incluso españolas. Y claro que hay diferencias.
En Madrid la misma canción suena distinta que con una banda de
Barcelona. En Alemania del Este, por ejemplo, tocan mucho blues rock...
¡Porque hasta la caída del muro solo podían tocar rock si lo disfrazaban
de blues!
-Suena por ahí un festival de verano en Vilagarcía con pinta de convertirse en toda una referencia.
-Je, je, se va corriendo la voz. Pues sí, de por medio está Goomer
Meijón, mi viejo amigo. Se está montando una buena, con varios
escenarios, masterclass, actividades... Colaboro en la programación y
algún asesoramiento. Vamos a estar muchos amigos manteniendo la esencia
popular y de fiesta que en el fondo es el blues.
foto: PATRYCJA KOSELA